Un sonido familiar, alguien llegó a casa. Eres tú. Su carita se ilumina,
los ojos le brillan y su sonrisa no puede ser más grande. Deja sus juguetes
favoritos y corre a saludarte.
Te recibe con un enorme abrazo y un beso. Te toma de la mano, para
compartir contigo su mundo, sus locuras, su felicidad. Le encanta jugar
contigo, que lo bañes, como le das de comer, como le lees los cuentos, como le
cantas, como lo engríes, como lo amas.
¿Me quiere? – preguntas con cierta duda y sorpresa a la vez. No puedes
creerlo. Y es que quizás necesitas escucharlo de su boca, pero él aún no lo puede decir, sólo lo puede sentir.
Él no sólo te quiere, te ama. Créelo. ¿Sabes cómo lo sé? Como se cuando
solo necesita ser abrazado o engreído, o cuando necesita escuchar mi voz para
calmarse y sentir mis manos para olvidar un mal sueño. Porque lo llevé en mi vientre,
porque crecí con él, porque conozco cada una de sus expresiones; y de las más
hermosas que he tenido el privilegio que comparta conmigo, observo enamorada
que también comparte contigo. Porque siempre piensa en ti, porque te busca,
porque te llama, porque eres único e irremplazable, porque eres su “pa-pá”.
No te ama como a mí, te ama de una forma diferente, especial, única, como
tú.
Preciosas palabras!
ResponderEliminar