Empiezo por avisarte que este es un post de desahogo. Como
sabes si me sigues algo de tiempo y en todo caso, si eres nueva por acá te
cuento; me dedico a mi hijo a tiempo completo por lo cual hemos desarrollado un
lazo muy fuerte, el apego lo vivimos ambos pero creo que de forma positiva, mi
pequeño es un niño sociable, muy hábil, amoroso y sensible, él asiste desde los
7 meses de edad a sesiones de estimulación temprana y a la vez me preocupo porque
reciba estimulación en casa. Lo que te voy a contar no tiene nada fuera de lo
común, quizás es hasta demasiado común, sin embargo de la forma como lo hemos
vivido nosotros es una experiencia que quisiera olvidar pero estoy segura que
no podré hacerlo, y como tengo aún el dolor en el corazón me refugio en este
espacio en el que he conseguido muchas veces apoyo, esperando que mi
experiencia, errores y aciertos les sirvan a otras mamás.
El año pasado Rodri se despidió de su centro de
estimulación ya que el grupo del que era parte se desintegró (un niño se fue de
viaje, otro cambió de centro y así) por lo cual el papá y yo nos vimos en la
necesidad de buscar otro centro que además de reunir las condiciones de infraestructura,
personal, ubicación, horarios, metodología, etc, permitiera la presencia de los
padres durante las sesiones, y lo único que encontramos fue uno en el que los
padres podían esperar fuera del aula y observar si deseaban desde una pequeña
ventana, son solo dos veces a la semana con sesiones de una hora, así que lo
vimos ideal en una etapa previa al nido o Kinder.
Luego de casi tres semanas sin ir a un centro de
estimulación, Rodri estaba emocionado con ir a su “colegio más grande”, como pasó
una entrevista con una psicológa ya conocía el lugar, su aula, pero no encontramos
a la profesora. Llegado el primer día de clases, se levantó más temprano que de
costumbre y muy colaborador se alistó y tomó desayuno, llegamos temprano con la
intención de conocer a la profesora y ganar algo de confianza, pero las reglas
eran de que no había atención hasta el inicio de la sesión ¿ya dedujiste el
motivo de todo esto cierto? Al ser la hora de inicio de la sesión, la profesora
solo abrió la puerta y por más que intenté tener un diálogo con ella, sólo
extendió su mano y se llevó a Rodri, alentándolo a pasar y animándolo con las
actividades que tenía preparadas. Rodri estaba desconcertado a un costado de la
puerta, yo tuve que detener la puerta para poder decirle a mi pequeño que me
quedaría ahí esperándolo, recordándole lo que ya habíamos conversado en casa.
Entraron, estaban sólo él y la profesora y yo miraba desde
la pequeña ventana pero tratando de que él no me viera. La profesora empezó a
hablarle y le dio un rompecabezas igual a uno que tiene en casa, él empezó a
armarlo mientras yo empezaba a alegrarme. De un momento a otro, empezó a llorar
de una forma que nunca se me olvidará, empezó a preguntar por mí, se puso de
pie y le pedía la profesora que me llame y ella no lo hizo. Traté de
contenerme, de esperar, recordándome que esos sucesos son comunes en los niños
especialmente si son apegados a su mamá, pero su llanto era muy fuerte. En ese momento
apareció la psicóloga y entró al aula, una cara conocida para Rodri, ella le
habló, lo abrazó y Rodri pudo calmarse un poco, uno o dos minutos, y rompió a
llorar nuevamente, yo no pude con ese dolor y toqué muy fuerte la puerta, salió
la profesora y le dije lo más calmada posible:
- Déjeme consolarlo, le voy a explicar nuevamente, y él se va a quedar estoy
segura.
- Pero señora, todo esto es normal, la más
angustiada es usted…
(quería matarla)
- Profesora: Puedo estar angustiada, pero mi hijo se está privando de llanto.
A punta de llanto no va a aprender, ¡déjeme consolarlo!
Mientras, la psicóloga trataba de calmar a
Rodri en otro extremo del aula pero él solo lloraba.
- Bueno señora, pase.

La psicóloga me dijo que me quede y solo observe pues él debía
adaptarse, le dije: ¡totalmente de
acuerdo!, y así hice y Rodri no dejaba de poner su manita en mi pierna, estaba
atento a las dinámicas que empezaban ya a realizar otros niños, pero no quería
hacer ninguna sin mí. Cuando por fin se animó a caminar solo, sonó una canción
que también es una muy especial para nosotros, hasta se podría decir única en
relación a su estimulación, siempre la baila conmigo y hasta ahora sólo
conmigo, se divierte muchísimo y como yo me río y disfruto su alegría, constantemente
levanta la mirada para verme sonreír. Sonó justo esa canción y yo no podía bailar
con él, me insistió, y nuevamente con expresión triste me dijo: Mamá…
juntos. Le dije en contra de mi voluntad: Amor, baila con tus amiguitos… y él nuevamente a llorar. En ese
momento no pude más y me quebré, lloré abrazada a mi bebé, aun así conteniéndome
por él, secándome rapidito las lágrimas y sonriendo.
Supongo que al ver esto, no les quedó otra a la profesora
y la psicóloga y aceptaron mi participación en la sesión. Siempre traté de
incentivar a Rodri a seguir las dinámicas con la profesora o sino solo, pero
no quería hacerlo. Terminó la sesión y por suerte el papá fue a recogernos, le
entregué a Rodri y dije: Tengo que ir al
baño, y a Rodri: Ahora vengo hijito,
y salí corriendo, para llorar todo lo que me contuve durante una hora… pero eso
no fue todo, momentos después al contarle lo que pasó al papá y con Rodri distraído
mirando otros grupos de gente por ahí, tuve que salir nuevamente corriendo para
llorar, para mi mala suerte había gente por todos lados pero encontré un
pasadizo y ahí pude desahogarme otro poco. El último desahogo lo hago mientras
escribo este post, espero sentirme mejor mañana y recordar (porque lo haré)
todo esto como parte de mi aprendizaje, ahora solo siento dolor.
Rodri está tranquilo ahora, amoroso conmigo como siempre. Espero que se adapte pronto y disfrute “su nuevo colegio”.
Lamento el post tan largo.
No te puedes imaginar como te entiendo. Es desgarrador, y te quedas con una sensación de impotencia...
ResponderEliminarPor ahora con el peque no me ha pasado, ya que trabajando yo, va a la guarde desde los 5 meses, pero con las mayores... Coincidieron un año en la guarde, y cuando llegó la hora de que que la mayor se fuera al cole, dejaba llorando a la pequeña en la guarde porque se iba su hermana, y a la mayor llorando en el cole porque quería volver a la guarde y no quería ir a ese cole.
A la mayor les costó meses adaptarse al cole, no tenía mucha afinidad con la profesora y lo pasamos las dos fatal.
El que te dejasen entrar e interactuar en el grupo para acostumbrar al peque, me parece una opción muy buena.
Un beso
Creo que hemos tenido la mala suerte de toparnos con una profesora que no se preocupa por tomarse siquiera unos minutos en crear afinidad con los niños que se integran a su grupo, es lamentable y en todo esto no sólo Rodri, sino cualquier niño puede verse afectado. Voy a seguir observando la situación, la actitud de la profesora, la respuesta de Rodri, porque tampoco es mi deseo que se resigne a que se tiene que adaptar, por suerte esta etapa es una de transición y es en todo caso opcional, y si las cosas no mejoran, por el bienestar de mi pequeño, seguiremos buscando otro centro u otras opciones.
EliminarGracias por compartir tu experiencia. Un beso.
Es lo bueno de ser opciónal, que si ves que no se adapta, puedes buscar nuevas opciones.
EliminarYa nos contarás como evoluciona la cosa. un beso
Yo era del tipo de la profesora que tiene tu peque, acataba las normas impuestas y no quería padres en el aula al comienzo del curso. Por suerte vi el error que cometía e intenté mejorar, pero cuando el centro tiene unas normas es muy dificil hacerles ver el error.
ResponderEliminarParece que este centro puede ser flexible, ya que te dejaron entear. Te recomiendo que hables con ellos a ver si el periodo de adaptación puede ser de otra forma. El caso es que tras tener a mi peque y también educarlo en casa y crear esa complicidad que sólo nosotros podemos tener, temo el momento de nuestra primera separación. Posiblemente mi reacción fuese como la tuya en ese caso. Espero y seguro que así será,la adaptación se supere pronto y podáis disfrutar ambos de esta experiencia.
Un beso
Ruego a Dios que sí, que pasemos pronto esta etapa. Toco por momentos el tema con Rodri, pero cuando lo hago se pone pensativo... voy a ir nuevamente temprano la siguiente clase para buscar conversar un poco con la profesora y darle mayor seguridad a Rodri, espero tener una respuesta positiva y mi peque aunque a pasito lento vaya adaptándose.
EliminarGracias por tu comentario, besos.
Siento mucho la mala experiencia y toda la tristeza que habéis pasado. Es duro, pero se van adaptando y seguro que luego le encanta. Besos!
ResponderEliminarYo sé que sí, pero mi deseo es brindarle un proceso de adaptación sin tristeza y sin sentimiento de abandono, este proceso puede ser de muchas formas y a nosotros nos ha tocado uno de los más dolorosos. Espero que no dure mucho tiempo.
EliminarPobres que mal lo pasasteis, menos mal que te dejaron pasar. Ten confianza, seguro que superáis pronto este periodo de adaptación. Un besote!!
ResponderEliminarGracias, espero que sí, que mi peque disfrute su "colegio" y que me pida como loquito ir, tal como lo hacía en su anterior centro de estimulación, le encantaba y ahora cuando se le menciona la palabra "colegio", se queda callado y serio. En un par de días es su siguiente clase, ojalá haya una mejora para empezar por parte de la profesora. Un besote Celia.
EliminarHola Karina! Verlo llorar es lo mas triste hiciste bien en tocar la puerta! Comprendo esa situación tan triste por la que pasaron ustedes dos, Estas son las etapas difíciles para nosotras las mamas, viví lo mismo. No cabe duda que Nene te ama y te prefiere a ti mas que a nadie (que bello se siente) por eso necesitara mas tiempo para adaptarse a nuevos rostros y ambientes y tu tambien como madre tratar de despegarte un poco y que no te duela dejarlo, comprendo tus ganas de llorar despegarse uno al otro no es facil. Ya veras que poco a poco se adaptaran y te sentirás mucho mejor el verlo sonreír. Con estas palabras nos haces sentir el amor que sientes por tu hijo. Te cuento que llore mucho dejarlo en la guarderia, pero despues de tres dias el ya no lloraba, asi pude estar mas en calma, pero de todos motos siempre con la preocupación. Todo saldrá bien! Feliz Noche!
ResponderEliminarGracias Luz, voy a poner todo de mi parte y hacer todo lo necesario para que este período de adaptación sea lo más corto posible y en todo caso menos doloroso para ambos. Yo he tratado de ser fuerte, pero también soy sensible, de algún lado lo tenía que heredar Rodri jejeje... pero sé que tengo que ser aún más fuerte, principalmente por él.
EliminarUn besote.
Tuvo que ser horrible, Vikingo no va a la guardería y me pregunto como lo pasará cuando empiece el colegio con lo acostumbrado que está a tenerme siempre ahí. No entiendo este tipo de normas de no dejar que los padres ayuden a sus hijos a integrase en las dinámicas de las clases, ¿acaso no somos nosotros su figura de apoyo y apego? Nos necesitan para sentirse seguros y saber que los apoyamos, cuando ya se vean libres y felices entonces nos retiramos, pero desde luego cualquier madre habría corrido a consolar a su pequeño. Espero que en próximas sesiones todo vaya bien, un abrazo enorme!
ResponderEliminarLas normas son más estrictas cuando los niños ya ingresan al sistema educativo es decir a los 3 años, en ese momento se dejan a los niños y no importan los llantos, los padres se tienen que quedar fuera y el niño adaptarse a fuerza. Es precisamente por eso es que nosotros (el papá y yo), buscamos una forma de transición con el nuevo centro de estimulación en donde debería haber un trato diferente y no de la manera tan decepcionante con la que nos encontramos, todo nos indicaba que era el lugar ideal, pero no tuvimos la oportunidad de conversar con la profesora, conocerla, conocer tu metodología, y lo más importante brindarle un poquito de seguridad a mi enanito. Parece un detalle ( ella definitivamente no le dio mayor importancia) pero para un niño tan pequeño es fundamental, más si el niño viene siendo criado con apego.
EliminarVoy a seguir observando a la profesora, por la institución estamos tranquilos, y ya estamos evaluando opciones en caso no haya mejoras, la más practica, cambiar a otro grupo del mismo centro, previo conocimiento claro de la profesora. Lo bueno de esta etapa es que podemos darnos esas licencias por el bienestar de Rodri.
Gracias por tu comentario y apoyo. Besos.
Hola!!! Soy nueva por aquí, pero me sentí muy consustanciada con lo que cuentas en tu post así que me tomo el atrevimiento de dejarte algunos comentarios. Tengo un único hijo de cinco años, al cual desde que nació su papá y yo decidimos que lo educaríamos en casa, al menos hasta que tenga edad y madurez para decidir por él mismo la clase de educación que desee recibir. Esta elección no fue fácil (sobre todo teniendo en cuenta que en nuestro país el "homeschooling" se considera ilegal y pasible de pérdida de patria potestad); pero de algún modo siempre sentimos -yo particularmente- que era la forma más natural de criarlo; y es que eso de forzar a una criatura de tres años o menos a "adaptarse" a un determinado sistema educativo, sin importar si llora, si extraña, si se siente cohibido o incómodo, me parece francamente aberrante... La realidad es que hay niños que se adaptan muy bien a un entorno institucional, otros se adaptan con ciertos reparos, y otros simplemente "no se adaptan nunca"! Pero sea cual sea el caso, creo que los papás somos los únicos idóneos para decidir si un determinado centro educativo es o no adecuado para nuestros hijos (ya que nadie conoce a nuestros pequeños tan profundamente como nosotros) y por tanto, sin importar lo que diga la profesora o el psicólogo de turno, SIEMPRE tenemos derecho a buscar otras opciones... incluso la de permitir que los niños se queden en casa con la familia si eso es lo que los hace sentir más cómodos! Así que adelante, mami valiente: estoy convencida de que todo saldrá bien al final, pero también de que ante la duda, debemos dejar de lado las estructuras mentales que el propio sistema educativo nos ha programado en el disco duro (sobre todo a las que, por estudiar carreras terciarias, hemos estado expuestas al mismo por muchos más años) y seguir lo que nos dicta nuestro corazón e instinto de madres... ése no falla nunca!!!
ResponderEliminarTe envío un gran abrazo desde Uruguay,
K.
Hola, precisamente para crear un puente entre la etapa de estimulación temprana y el ingreso de mi pequeño al sistema educativo, es que consideramos su papá y yo esta opción que aún creemos que es la mejor, ya que le brinda a nuestro pequeño la oportunidad de socializar y aprender de nuevas experiencias en diferentes contextos. Creo, como tú, que los niños reaccionan de diferentes formas ante los cambios, y al ingresar a un nido sin la presencia de los padres, incluso hay quienes la pasan de lo más tranquilo las primeras semanas hasta que se dan cuenta que su nueva rutina en el colegio no es algo temporal, entonces de igual forma se da el llanto y eventos que pueden resultar hasta traumáticos. Ante las diferentes reacciones los profesores y los padres debieran conversar y buscar la mejor opción para brindar al niño el apoyo y guía que necesita en su proceso de adaptación, no basta con consolar a los niños o distraerlos, quizás algunos dejen de llorar, pero el motivo de su tristeza, dolor, y desolación no ha sido atendido, el niño no ha obtenido respuestas ¿cómo se espera entonces que se adapte? ¿a qué se adaptaría, si no se le explica lo que está pasando?
EliminarMi esposo y yo concidimos en que el proceso de adaptación no tiene porqué ser brusco, o sin respuestas, y puede ser difícil para los padres en el sentido que sea más prolongado y demande mayor esfuerzo emocional y atención, pero por nada debiera ser doloroso y mucho menos traumático para el niño. Los niños son muy sensibles pero también entienden muy bien las cosas, gradualmente cualquier niño puede adaptarse a nuevas circunstancias y escenarios, pero la presencia y el amor de los padres es fundamental. No vamos a retroceder en lo que buscamos para nuestro pequeño, será una búsqueda o trabajo más arduo para nosotros los padres, pero para eso estamos.
Muchas gracias, por compartir tu experiencia y tus bellas palabras.
Karina.
Poco a poco.. Pero es duro!! Mi hijas se adaptaron bastante ben pero con mi hijo pequeño fue con el que peor lo pasé y no solo porque le costó mucho adaptarse, sino porque yo misma me sentía mal porque era consciente que se cerraba una etapa que no volvería a vivir. No había visto el post antes, ahora debe ir ya todo bastante mejor!! Besos
ResponderEliminarHola Montsar, en efecto las cosas van mejor, aún mi pequeño (creo como es lógico) no se adapta tan fácilmente a espacios y personas nuevas, incluso en su centro de estimulación en donde ya se familiarizó con la profesora y su asistente, si por algún motivo ella no esta y hay otra profesora de reemplazo, volvemos a cero, con el llanto y la negativa a entrar a su salón. Para mí es completamente comprensible para la edad de mi pequeño pero también estoy dándole su empujoncito, cual mamá pájaro que enseña a sus polluelos a volar jejeje... y empiezo por ponerme más "fuerte" y solo conversarle a fin de transmitirle seguridad, y así poco a poco, se va convenciendo y accede a participar, pero una vez que ingresa y se da cuenta que todo es como siempre, que estan sus amigos, los juguetes y la música, la alegría lo embarga y empieza a disfrutar.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, un beso.