"8 señales que indican que tu hijo está malcriado"

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"8 SEÑALES QUE INDICAN QUE TU HIJO ESTÁ MALCRIADO". Cuando vi este título en una imagen circulando por redes, me molestó un poco la ligereza y facilidad con la que se suele etiquetar a los niños, pero como la publicación correspondía a una página relacionada a Educación, me tomé unos segundos para revisarla. Una imagen bastante clara y concisa, compartida y comentada muchas veces, casi en su totalidad por personas aprobando su mensaje. Aquí las "8 señales que indican que tu hijo está malcriado":


  1. No ayuda en casa.
  2. Los berrinches son frecuentes.
  3. Te avergüenza en público.
  4. Tienes que rogarle.
  5. Tienes que sobornarlo.
  6. Nunca está satisfecho con nada.
  7. Intenta controlar a los adultos.
  8. Te ignora.

Sí, ésta es la realidad. Pese a lo mucho que pudimos haber avanzado y al mar de información sobre paternidad en la actualidad, seguimos etiquetando al niño que no se comporta como lo esperamos como "malcriado".

La maternidad/paternidad es difícil, siempre lo ha sido. Deseamos hacer lo mejor para nuestros hijos, y si bien no hay un manual para ser padres, sí sabemos cómo es ser hijo. Sabemos cómo nos criaron y qué de esa crianza queremos transmitir a nuestros hijos y qué nos gustaría hacer diferente. En todo caso, si llegaste a este post, es que estás en la búsqueda de algo que te ayude a crecer como padre o madre, y eso significa que tu estilo de crianza está enmarcada en el respeto y sobre todo en el amor. Y desde esa perspectiva, voy a desarrollar los ocho puntos señalados:


1. Si un niño no ayuda en casa, es porque desconoce su parte de responsabilidad en el mantenimiento del hogar. Madre, padre y todos los miembros de la familia son corresponsables del orden y la limpieza del hogar y los niños lo pueden asimilar desde muy pequeños, desde el primer año de vida, ordenando sus juguetes y asumiendo cada vez más responsabilidades de acuerdo a su edad.

2. Si los berrinches son frecuentes, es porque el niño necesita algo que sus padres no están llegando a comprender: atención, afecto... un objeto. Ojo con esto último, que satisfacer esa necesidad no significa tan solo otorgárselo, el objeto es simbólico, y puede ser una gran oportunidad para demostrarle por más pequeño que sea, que sus padres están atentos a sus necesidades, pero también para enseñarle que existen momentos en que podrán acceder a sus pedidos y en otros no.

3. Si avergüenza en público a sus padres, es porque quizás les falte mayor madurez ¡a los padres!. No hay forma de que un hijo avergüence a su padres, haga lo que haga, así decida corretear en traje de Adán por el supermercado, tirarse en plena calle a hacer pataletas o repetir a toda voz alguna grosería que escuchó en casa o en otro sitio. Si un niño ha sido protagonista de situaciones como estas, muy lejos de sentir vergüenza los padres debemos preguntarnos ¿en qué estoy fallando? Quizás sea necesario estar más alerta al niño al momento de salir, quizás se pudo anticipar la pataleta para no llegar a ese punto, quizás pudiste aprovechar ese momento para acercarte más a tu hijo, quizás puedas evitar que tu hijo diga groserías si no las escucha en casa o si al escucharlas en otro lugar o de alguna forma, le explicas inmediatamente que decirlas no es correcto.

4. Si tienes que rogarle... ¿En serio? Si un padre a notado que tiene que recurrir al ruego para que su hijo se porte bien es más que seguro que más pronto de lo que imagina tendrá el efecto contrario. Los niños son sólo pequeños, NO SON TONTOS, se les puede conversar con la misma madurez que con un adulto, con palabras sencillas, por supuesto, y aprenden muchísimo y más rápido de la vida y lo que les rodea que nosotros de la paternidad. Aprenden de nuestro ejemplo, de lo que decimos y lo que callamos, de nuestras expresiones corporales y gestualidad.

5. Si tienes que sobornarlo, definitivamente estamos hablando de un problema muy grave. Si un padre o madre llegó a este punto creo que es necesario hacer un alto para evaluar a detalle su proceder y sus consecuencias. 

6. Si nunca está satisfecho con nada, como dije en el punto número 2, hay una o muchas cosas que el niño necesita y que sus padres no han llegado a comprender. 

7. Si intenta controlar a los adultos. Esto lo he escuchado incluso haciendo referencia a un bebé. Lo que se cree un intento de "control" o "manipulación" no es más que la alta, altísima capacidad de los niños de aprender de nuestras acciones y reacciones, aplicada a diferentes situaciones en donde como es absolutamente normal buscan satisfacer algún tipo de necesidad: comer, jugar o la atención y afecto de papá o mamá.

8. Si un niño ignora a sus padres, primero habría que preguntarse ¿no será que es ignorado también por ellos? ¿ no será que sabe que el ignorar a sus padres no tiene mayor consecuencia y que se le repetirán las cosas una y otra vez? ¿ no será que está inmerso en algo que le interesa mucho y que se le está pidiendo sin más que lo deje? De tratarse de un niño mayor ¿ no será que quizás haya perdido un poco de respeto hacia sus padres? Y ello da pie a otra gran pregunta ¿qué hicieron - o no hicieron- sus padres para perder el respeto de sus hijos?

Si llegaste hasta aquí, espero que coincidas conmigo en que el título de este post equivale a decir "8 señales que indican que algo estoy haciendo mal como papá/mamá" ¿Es duro no? Pues seguro que no tanto y con menos repercusiones que etiquetar a un niño de "malcriado".


13 comentarios:

  1. Excelente articulo, para mi es falta de atención, y de comprender sus necesidades, algo se esta haciendo mal.
    " los niños son esencialmente buenos, de que sus necesidades afectivas son importantes y de que los padres les debemos cariño, respeto y atención." Carlos González.
    Saludos un abrazo
    D.

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    1. Los niños vienen al mundo como lienzos en blanco y todo su aprendizaje se inicia en el seno del hogar junto a sus padres. El manejo de sus emociones, las bases para la conformación de su personalidad, el desarrollo de su conducta, absolutamente todo depende de nuestra presencia, acción ... o inacción. Nuestra responsabilidad es grande, enorme... al igual que la bendición de tenerlos.
      Muchas gracias por tu comentario, un abrazo!!

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  2. Me encantó tu post Karina, comparto tu manera de ver la crianza como algo que debe ser hecho con amor y sobre todo, con respeto. Si algo está mal con nuestros hijos, definitivamente es porque algo no estamos haciendo correctamente, no se vale culpar a los niños (quienes no saben y apenas están aprendiendo a conocer y comprender sus emociones) por los descuidos de nosotros, sus padres. Un abrazo!

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    1. Estoy segura que todo padre se desvive de amor por sus hijos, el detalle está en demostrárselos a cada momento y el sinnúmero de situaciones que nos pueden llevar a un mal manejo de nuestras propias emociones. Debemos ser conscientes que a veces podemos incluso tratar a los extraños con mucho más respeto que a nuestros propios hijos y eso no debería ser. Es muy difícil pero no imposible, y en todo caso, es el reto que nos impone la maternidad/paternidad: convertirnos en mejores personas, para velar por lo que más amamos, nuestros hijos, y ser la guía y modelo que ellos necesitan.
      Un abrazo!!

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  3. Definitivamente nosotros como padres también aprendemos en el camino. Yo recuerdo cuando mi hija cumplió 3 se volvió berrinchuda y comenzó a hacer escandalos en la calle como nunca antes en su vida. Igual, su papá y yo somos muy firmes en nuestras decisiones y nos esmeramos en enseñarle lo que es bueno y malo y si, yo también pienso que ellos hacen estas escenas por que necesitan mas de nosotros.

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    1. ¿Y ese aprendizaje es uno de los más duros no? Saber que podemos estar cometiendo errores con los seres que más amamos en el mundo, puede en un extremo llevarnos a sentir culpa, pero debemos seguir adelante, con la premisa de sabernos humanos y adultos y como tales conscientes y responsables de todos nuestros actos, muy a diferencia de nuestros pequeños, en completo aprendizaje y absolutamente dependiente de nosotros.
      Muchas gracias por tu comentario, un abrazo!!

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  4. Definitivamente nosotros como padres también aprendemos en el camino. Yo recuerdo cuando mi hija cumplió 3 se volvió berrinchuda y comenzó a hacer escandalos en la calle como nunca antes en su vida. Igual, su papá y yo somos muy firmes en nuestras decisiones y nos esmeramos en enseñarle lo que es bueno y malo y si, yo también pienso que ellos hacen estas escenas por que necesitan mas de nosotros.

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  5. Me encanta este post. Creo que tienes toda la razón. Mi hijo tiene 2 y según eso seria el mas mal criado porque lo hace todo....pero yo estoy de acuerdo contigo no es malcriado. Son muchas otras cosas, como la etapa por la que esta pasando el, y claro como padres siempre hay que ver como les podemos ayudar y entender mejor.

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    1. Lo que señalas es muy importante, las etapas, los niños crecen y asimilan el mundo de forma tan veloz que requieren nuestra presencia y atención constante para acompañarlos en ese proceso y guiarlos de la forma que necesitan. Nuestro aprendizaje como padres debiera ir en sintonía con ese desarrollo pero muchas veces o casi siempre no es así... y cuando nos estamos logrando adaptar a una etapa nuestro hijo ya está pasando a la siguiente, con nuevos retos para ellos y para nosotros.
      Muchas gracias por tus palabras y aporte. Me alegra mucho que te haya gustado este post.

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  6. Amé tu post... estoy viviendo una etapa muy particular con Camilo ahora que está rozando los siete años. A veces me desconcierto y tus ocho reflexiones me ayudaron a visualizar algunas situaciones cotidianas que puedo cambiar. Besos

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    1. Gracias a mi hijo he aprendido a "reiniciar", identificar ese momento en que no solo me doy cuenta que no estoy actuando como la madre que quisiera ser, sino que mi actitud, mis palabras o incluso mi mirada, no es la de la persona que dice amar a su hijo con todo el alma. La maternidad es sumamente difícil, y así como debemos reconocer que somos humanas y podemos cometer errores, también debemos ser consciente de que tenemos la capacidad detectar cuando estamos camino a perdernos en nuestras propias emociones negativas. Por nuestros hijos, por el ambiente saludable, lleno y de amor y alegría que les queremos brindar, la reflexión debe ser nuestra compañera, y el amor por ellos, nuestra motivación para ser mejores padres.
      Un beso querida Paula.

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  7. Leyendo este post me doy cuenta en donde vive la raíz de adultos infelices y que hacen infeliz su entorno. Muy buenas observaciones y lo mejor! Invita a reflexionar y auto-observarnos.

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    1. Creo que todos los padres conforme vamos iniciando la crianza de nuestros hijos, algunos antes claro está, nos preguntamos ¿cómo voy a criar a mi hijo? y en ese momento caemos en cuenta de cómo fuimos criados. Nosotros elegimos si repetimos el estilo de crianza que tuvimos, con nuestros propios hijos, o si nos esforzamos por brindarles algo diferente. Romper con la crianza que recibimos es muy difícil, supone en verdad mucho esfuerzo, muchos errores y mucha madurez para superarlos, y también mucha comprensión hacia nosotros mismos, para que los sentimientos de frustración y culpa no nos invadan.
      Muchas gracias por tu comentario Angélica, un abrazo.

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