Beneficios del ajedrez en niños

El ajedrez es un juego de estrategia de tradición ancestral que en los últimos años ha alcanzado mayor popularidad entre niños y adolescentes, pues además de ser muy entretenido, aporta múltiples beneficios al desarrollo cognitivo, emocional y social.

¿En qué consiste el ajedrez?

El ajedrez se asemeja a la batalla entre dos reinos, en la que se idean planes de defensa, ataque y diversas estrategias. Su origen data del siglo VI d.C. en India, siendo conocido inicialmente como “juego del ejército” o “Chaturanga” y difundido por todo Asia y luego a Europa por los mercaderes. Entre los siglos XVI y XVII se hicieron modificaciones hasta llegar al juego como se conoce en la actualidad. Fue el juego predilecto de la aristocracia de Europa, por lo que en su momento fue considerado un “juego de reyes”.

El ajedrez se juega en un tablero cuadrado con 64 casillas sobre el que se desplazan las piezas que representan los personajes de cada reino con sus propias características. El objetivo del juego es acorralar al rey del contrincante, amenazarlo con una captura inevitable, dar jaque mate.

¿Cuáles son los beneficios del ajedrez en niños?

El ajedrez es un juego divertido e impredecible. Cada partida es diferente, por lo que incentiva a los jugadores a la concentración y creatividad. El aprender nuevas tácticas les servirá para organizar y dar estructura a nuevos conceptos, tanto en el juego como en el estudio de asignaturas como matemáticas o lengua.

En el aspecto social y emocional, el ajedrez permite relacionarse con todo tipo de personas sin importar origen, nacionalidad o edad. Las reglas de juego resaltan el respeto entre contrincantes. El jugador aprende a asumir responsablemente las consecuencias de sus decisiones, desarrollar la paciencia, autocontrol, manejar la presión e idear soluciones para las diferentes situaciones críticas que se le presenten.

¿Desde qué edad se puede jugar ajedrez?

El ajedrez aporta tantos beneficios que mientras más pronto se inicie en su práctica es mucho mejor. Desde los 3 años de edad, los niños ya pueden iniciar con el aprendizaje de este juego, priorizando el aspecto lúdico. A partir de los 5 años, ya es posible iniciar el aprendizaje de algunas estrategias básicas. La práctica constante y compartir la experiencia con los padres, será de mucha importancia en el aprendizaje del ajedrez.

¿Cómo enseñar ajedrez a un niño pequeño?

Ajedrez para niños de 3 a 5 años

En esta etapa, se puede enseñar al niño lo que podría llamarse un pre-ajedrez, vale decir, un acercamiento al juego, sus características principales, objetivo, nombres de las piezas, movimiento de cada una de ellas, y formas de capturar, siempre de forma lúdica, con canciones y actividades estimulantes en torno al ajedrez.  

Las clases deben ser cortas, de no más de 30 minutos de duración y el aprendizaje, gradual, partiendo de la pieza con movimiento más sencillo. Es importante también llamar a las piezas por su nombre correcto.

Ajedrez para niños de 5 a 7 años

Cuando el niño ya sabe el movimiento de todas las piezas y capturar, puede iniciar con el aprendizaje de estrategias. Se avanza a la vez que se repite constantemente lo aprendido.

El ritmo de aprendizaje debe adaptarse al progreso del niño, no se le debe presionar ni forzar. El juego no debe dejar de ser divertido para el niño, solo de esa forma se sentirá motivado a seguir aprendiendo.

Cuando el niño ya conoce las reglas básicas, el objetivo del juego, los movimientos de las piezas y cómo capturar las contrarias, está listo para jugar sus primeras partidas. En esta etapa es importante mantenerlo motivado, dejarle ganar algunas veces, y mostrarle lo que es saber ganar y perder.

Si el interés del niño por el ajedrez se hace mayor, una buena opción es inscribirlo a una academia o grupo especializado, e incluso a torneos oficiales, siempre que el niño se sienta a gusto, disfrute la experiencia y no se sienta presionado. Aquí, el soporte emocional de los padres es fundamental. Participar en competencias fortalece la autoestima y es una motivación para seguir mejorando.