Cuando mi hijito estaba cerca de cumplir los tres meses de edad, observé que no volteaba su cabecita a ambos lados con facilidad, sino sólo al lado derecho. Al comentarle a mi esposo que algo estaba mal, él observó a nuestro bebé y justo en ese instante él volteaba hacia ambos lados aparentemente sin dificultad. Mi esposo ante la normalidad lógicamente me decía que todo estaba bien. De igual modo sucedía cuando visitábamos a los abuelitos. Nadie podía ver nada raro, sólo yo. Para mi era muy triste ver cómo en reiteradas ocasiones a lo largo del día, mi hijito se esforzaba en voltear su cabecita al lado izquierdo pero ésta regresaba en contra de su voluntad ¡y todo eso sólo lo veía yo!, por lo que era a la vez frustrante que nadie me hiciera caso y me dijeran: "nooooo... te parece".
Fue investigando en internet que confirmé mi temor. La cabeza de mi nenito estaba desarrollando una Plagiocefalia y eso no es una cuestión sólo estética, podía incluso afectar el desarrollo del cerebro. Sólo me faltó imprimir mis investigaciones para convencer a mi esposo de que algo estaba mal. La cabecita de mi bebé sólo miraba a un lado, tanto que por mantener la misma posición se estaba deformando, aplanando en la parte posterior y formándose un bulto en la frente. Todo tuvo que volverse demasiado evidente para que por fin mi preocupación pase de ser, de la de una madre obsesiva a la de una madre observadora.
PLAGIOCEFALIA
Imagen tomada de http://www.leonardolustgarten.com
* La plagiocefalia, es causada principalmente por la continuidad del bebe acostado de un mismo lado, hecho que puede sumarse a la presencia de una tortícolis congénita, problema que deviene del posicionamiento del bebé en los últimos meses de gestación y que hace que el bebe prefiera por comodidad orientarse hacia un lado.
Afortunadamente, el pediatra luego de evaluar a mi pequeñito, me dijo que había detectado el problema a tiempo, ordenando una terapia física y señalándonos algunos cambios que debía hacer inmediatamente en su rutina:
- Cambiar de sentido la cuna, a fin de propiciar que el bebé mire hacia el lado opuesto.
- Cambiar el lado en el que yo dormía, ya que en las noches "colechábamos" y por instinto, por teta, o por el calorcito especial de mamá, siempre el bebé duerme hacia ese lado. Bueno hasta que crece un poquito y se vuelve un remolino en la cama.
- Hacerlo jugar sobre su pancita (como un sapito) encima de papá o mamá, propiciando que levante la cabeza y mire hacia ambos lados. Esto se podía complementar con estimulación auditiva (sonajas o algún juguete ruidoso que llame su atención).
La terapia física ayudó muchísimo y la movilidad de la cabecita sin dificultad se logró en dos meses aproximadamente, pero los ejercicios en casa debían continuar. Ya alrededor del año de edad, la cabecita de mi bebé tomó su forma más redondida. Ahora es un cabecita de pom-pom.
¿Recuerdas la primera vez que te "habló" tu instinto maternal?
Que mal lo debiste pasar cuando nadie te creía!!! Lo bueno que tenemos las mamás es que observamos mucho a nuestros bebés y fue una suerte que te dieras cuenta a tiempo!!! Abrazos
ResponderEliminarSi, la verdad que corrimos con muchas suerte, me di cuenta en el tiempo límite para que la solución sea bastante práctica pero claro con constancia... de haberle restado importancia y avanzado el problema habría tenido que utilizar métodos muy incómodos para un bebé. Muchas gracias por tu comentario. Un beso.
Eliminarque bien que insististe con tu instinto :) me acuerdo que yo lei sobre plagiocefalia cuando mi pequeña, cabezona cabezona, apenas se molestaba en mover la cabeza y pense que podría pasarle. Pero preventivamente iba cambiando la cuna de posicion y asi se apoyaba en un lado u otro.
ResponderEliminarComo mamás primerizas podemos pasar por alto algunos cuidados o medidas preventivas con nuestros pequeñitos, pero ahí juega mucho a favor nuestra capacidad de observación, si bien no tenemos la experiencia, la observación constante y seguir a nuestros instintos nos pueden ayudar muchísimo.
EliminarGracias por pasar por acá, un beso.