Una de las preocupaciones de todo padre de
pequeños es la agenda para el fin de semana. A nosotros nos encanta salir de
viaje, pero eso no lo podemos hacer muy seguido, así que siempre estamos en
búsqueda de lugares nuevos, interesantes y divertidos dentro de nuestra misma
ciudad o muy cerca de ella para pasar el fin de semana en familia. Hace tiempo
visitamos la Huaca Mateo Salado y a Rodri le encantó por lo que la opción de
visitar otra Huaca le pareció genial y esperaba emocionado que fuera
domingo para conocerla. En esta oportunidad conocimos Huaca Pucllana.
Huaca Pucllana se encuentra en el
distrito de Miraflores en Lima, Perú. tiene una extensión de 6 hectáreas, resultado del crecimiento
urbano que habría reducido sus originales 22 hectáreas. Es un centro religioso y administrativo de la
Cultura Lima, desarrollada entre los años 200-700 d.C. Los trabajos de
investigación y recuperación se iniciaron en 1981 y continúan hasta la fecha.
El circuito turístico nos permite apreciar dos
zonas arqueológicas, una pirámide trunca y patios ceremoniales a los que se
accede a través de rampas. También un pequeño parque de Flora y Fauna nativa,
el Museo de Sitio y un área de talleres en el que se fomenta de forma práctica
y lúdica el conocimiento de la cultura Lima.
Huaca Pucllana está construida en su
totalidad de adobitos, llamados así, pues su singularidad es precisamente su
tamaño. Cada adobito (al igual que el adobe) tiene como componente principal el
barro, a los que se le han añadido a modo de aglutinante, hierbas secas y/o
conchas marinas. El clima, muy similar al actual, de pocas lluvias durante todo
el año, habría sido esencial para la conservación de este complejo
arquitectónico.
Los adobitos están dispuestos de forma
vertical uno al lado de otro, sin mezclas o argamasas, por ello se le ha
denominado a su sistema constructivo como “técnica del librero”. A una hilera
de adobitos se le superpone otra. Entre hileras sí existe una argamasa. Para
darle mayor estabilidad a este sistema de “librero”, al interior de los muros,
algunos adobitos cambian de sentido, lo cual evitaría en caso de un movimiento
sísmico, el efecto dominó. Sin embargo, en todo el complejo se puede apreciar
que los muros tienen en el exterior los adobitos en un solo sentido, lo cual
evidencia un sentido de estética de la mano de criterios básicos de ingeniería.
Cuesta creer que tan hermoso complejo haya
estado oculto bajo la apariencia de una pequeña montaña. Sí, según lo que nos
narró la guía, durante años el sitio fue utilizado para la práctica de
motocross.
En el complejo también se puede apreciar un
pequeño parque de flora y fauna nativa, que nos permite tener un acercamiento
sobre los vegetales y animales que cultivaban y criaban los antiguos pobladores
de Lima y que aún son parte de nuestra cultura. El Museo de Sitio, alberga los
restos originales encontrados en la Huaca: ceramios, textiles, esculturas,
ofrendas en miniatura, etc.
Para finalizar el recorrido, un taller nos
esperaba, “Pintando a Rumicha” o pintado de piedras. En el taller pueden
participar niños y adultos. Se nos proporcionaron todos los materiales: piedras con diseños distintivos de la cultura Lima, témperas de diferentes
colores y pinceles. Rodri estaba feliz, y escogió una piedra con el diseño de
una ola. Al final, cada uno se lleva la piedra que pintó como un recuerdo de su
visita a Pucllana, ¡Excelente!
Huaca Pucllana ofrece diferentes
talleres, uno de ellos es el “Taller de Adobitos”, dirigido específicamente a
niños y en un número mínimo de 15, por lo que su realización debe coordinarse previamente. Es
ideal para las visitas de colegios. En este taller los niños aprenden a elaborar sus propios adobitos y construyen pequeñas estructuras, imitando las técnicas utilizadas en Huaca Pucllana.
Nuestro recorrido duró aproximadamente dos
horas y quedamos encantados. El lugar está muy bien señalizado, conservado y la
organización y atención es impecable.
Espero te animes a visitarla. Aquí algunas recomendaciones
para disfrutar más tu visita a Huaca Pucllana:
- Lleva calzado cómodo, zapatillas, y si son de trekking o similares, mucho mejor. El complejo se recorre a través de muchos caminos y rampas, algunas con una pendiente un poco más pronunciada que otras.
- Lleva agua. El recorrido es largo. Son aproximadamente 2 horas caminando y es necesario rehidratarse, especialmente si se acude en verano.
- Usa lentes de sol durante tu recorrido, sea en verano o invierno. Aunque estaba nublado durante nuestro recorrido, la amplitud del lugar reflejaba el poco brillo solar que había, lo cual nos dificultaba la visión.
- Lleva gorra o sombrero y usa bloqueador, especialmente si visitas la Huaca en época de verano.
Recuerda que, por Ley, el primer domingo de
cada mes los museos del Perú abren sus puertas gratis al turista nacional. No
perdamos la oportunidad de conocer más de nuestra historia.
Nos reencontramos en un próximo post, que
tengas una feliz semana.
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