La biblia era en mi hogar un libro más en el estante, una señal débil de la fe en mi familia. No la conocía. Pero llegó a mi vida la motivación, que reveló la necesidad y se transformó en un reto: Leer la Biblia completa.
La Biblia no es un libro, es una biblioteca.
La Biblia es un conjunto de 73 libros, escrito por diferentes personas, en diferentes géneros literarios, lugares, épocas y con diferentes propósitos. Se divide en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, tiene aproximadamente 33000 versículos o 1300 capítulos, por lo que, leyendo cuatro capítulos al día, se puede culminar en un año.
La biblia fue escrita por profetas, sabios, poetas y apóstoles, todos ellos, inspirados por Dios. Su lectura es un alimento para el alma, nos reconforta, guía y acerca a la visión de Dios, por lo que debe realizarse con actitud de respeto, apertura y humildad.
Un reto espiritual
Me propuse leer la biblia en un año, pero para ello, debía superar antes otros obstáculos: no soy muy constante con mis lecturas (suelo leer dos o tres libros a la vez, todos muy lentamente) y me es difícil establecer una rutina.
Para ir a una maratón no solo basta con el gusto por correr,
es necesario entrenar.
Un mes antes de iniciar la lectura completa de la biblia, me avoqué a leer cada día uno o dos capítulos de los evangelios, para crear el hábito, y probé diferentes horas del día hasta encontrar el horario ideal, sin distracciones, y que me permitiera cierta regularidad.
Un reto necesita un plan
Hay diferentes formas de abordar el reto de leer la biblia: de inicio a fin, lectura de antiguo y nuevo testamento paralelamente, por relación histórica… en cualquier caso, es necesario contar con un plan.
En la web se pueden encontrar diferentes planes de lectura, para uno, dos y tres años. También existen apps que crean un plan de lectura según el tiempo en el que deseas cumplir tu reto. El plan que seguí, consiste en la lectura paralela del antiguo y nuevo testamento, los evangelios y libros sapienciales o de poesía. La biblia completa en un año. El plan de lectura lo puedes descargar a continuación en el formato día a día, o mes a mes.
Como refuerzo del plan, desarrollé un cuaderno devocional. Una agenda diaria en donde anotaba la enseñanza o mensajes más impactantes de cada lectura. Las anotaciones no siguen ningún esquema, son un reflejo de los sentimientos inspirados por la lectura. A veces, sentía la necesidad de anotar datos, otras de copiar algún versículo, también de escribir mi propia reflexión.
Es importante contar con una biblia personal, en la que también se puedan hacer anotaciones, dibujos, o resaltar detalles. Mi biblia es una Biblia del Peregrino, de letra grande, es voluminosa pero muy cómoda para leer y trabajar. Cuando el cuaderno devocional me era insuficiente, dibujaba y escribía en ella, mientras reflexionaba sobre lo leído. Cuando reviso mi biblia y encuentro esos dibujos o notas, recuerdo los sentimientos que tenía al hacerlos.
Cómo empezar
Si bien, es necesario crear un hábito, lo es más tener la motivación, el deseo de un encuentro con la Palabra de Dios. Para ello, debemos alejarnos de las distracciones, enfocarnos en el momento que vamos a vivir, y orar. La oración, sea con una fórmula establecida o con nuestras propias palabras, es el mejor inicio y cierre para este momento.
Reto cumplido
¡Ha pasado un año y el reto se ha cumplido! Leí la biblia completa, sin embargo, deseo más. Y es que llega el momento en que se siente que el día no está completo si no se leyó un pasaje de la biblia, y no por el hábito o por cumplir un reto, sino por una necesidad que supera el agotamiento y la falta de tiempo. Leyendo la biblia, las alegrías del día son más grandes y los pesares más livianos.
Mi biblia está marcada en los pasajes a los que podré recurrir en situaciones específicas, pero tengo la necesidad de volver a leerla, y sentir, como tantas veces en el año que pasó, que Dios me habla.
La biblia no es un instructivo, un libro de historia o de ciencias, no es para escudriñarla sino para interpretarla. Es un libro de fe y su apreciación requiere de ella y la fortalece.
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